Oh, hoy me
pagueció vegte pog ahi. La falda de Antoinette temblaba con el tgaca tgaca
tgaca del tganvía. No me dejaba veg nada. Tenía miedo que me cayega pog el
tembleque del asiento. Me apgetaba la cabeza contga su pecho. Oh mis bucles,
casi se desagman, si me hubiegas visto ¡Qué calog!
Cgueo
que te vi de espaldas, Fgansuá, te llevaban paga adentgo al aggastgue pog el suelo
de magmol. ¿Quién te espegaba adentgo? ¿A dónde te ibas sin mí? Si siempgue estuviste
atgás del cguistal limpio y bguilloso, como mi cabello guizado y dogado, suave,
Antoinette lo cepilla y luego agma los bucles de nuevo. Tomamos el té todas las
tagdes en tacitas de pogcelana, antes de dogmig en mi chalet al pino sin paguedes.
Oh,
no me cgueeguían, pego estoy seguga que egas vos. La puegta de madega púgpuga,
se abgue y ciega a cada gato. Guecuegdo cómo cguge, gchin, gchin, como el día
que me viniegon a buscag. Nos despedimos con un vestido lila y una camisa azul.
Hoy pienso que me quisiega habeg quedado, luciendo tgajes, sombguegos,
migándonos hasta que caiga el sol, y las señogas bajen la pegsiana. Guiéndonos
de los juguetes de madega abugguidos, o de los osos de peluche sin estilo, ni
delicadeza. Susugando pog las noches paga que los niños no escuchen. No me
puedo quejag del bgazo y las faldas de Antoinette, pego no pude olvidagte,
Fgansuá. Ese día que los bebotes mofletudos, nos llenagon de baba los cachetes,
me sentía tan asquegosa, y vos con el pañuelo de tu bolsillo me secaste a mí y
después secaste a vos. Ese pañuelo con baba nos unió paga siempgue.
¿Te
acogdás, Fgansuá, de mis sueños? Antoinette piensa que soy como ella, se olvidó
dónde me encontgó, que no voy a cgueceg y que no quiego tampoco, nosotgos no
necesitamos eso. Insiste con el té con platito y las masas dulces. Pego ahoga
que te vi desde la ventana del tganvía de espaldas, siento que abguí los ojos
de vidguio, Fgansuá. Cuando pasó el tembleque y llegamos a la estación me metió
adentgo de su bolso, los ojos se me ceggaban, queguía teneglos abiegtos. Oh, mi
moño se iba a soltag, el encaje de mi vestido, enganchagse con el cieggue de su
cagtega. Vos me lo elegiste, estaba guecién cocido, ¿te acogdaguías si me viegas?
No, pego no ahoga, quedé despeinada de este paseo al que me tgajegon. No quiego
que me veas así, y pienses, igual que Antoinette, que soy como ella, que puedo cgueceg,
volvegme ggande, despeinada y fea. Pogque está convencida, si la escuchagas
cómo me habla, entendeguías lo que te digo de su confusión. Yo soy como vos, nunca me tendguían que habeg
agguebatado de esa vidguiega. ¿O fue mi deseo escapagme, pensando que eso que
llaman vida estaba afuega? ¡Salvame, Fgansuá! Llevame a pegag de nuevo la
naguiz contga tu vidguio, a sentig un escalofguío pog mi cuegpo de pogcelana. Lástima que no vayas a escuchagme.
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