Mar del plata, 12 de Septiembre de 1992
Querida Eugenia:
Apenas la separación, y ya el cuerpo me pesa. Ya el alma se desploma. Pensando en ese artificio del concepto de distancia, creyendo que es lo que nos cambia, mientras el inconsciente coherente sabe que siempre vivimos igual de distantes.
Tú siempre sacas provecho. Comienzas a desplegar tus armas letales de seducción femenina, inagotables. Las desparramas por todos tus ámbitos sociales, buscando una nueva víctima. Y la encuentras, claro, pero no te alcanza, o no te sirve, y la abandonas.
Sabes bien de nuestras libertades, nuestros jueguitos circulares, sabes que tuvimos el tiempo suficiente para construir el refugio que más nos acoge, pero renegamos. Si ya me dijiste que no hay otro como yo, pero siempre con la misma tontera que te impide elegirme.
Oh, Eugenia… ¿Volverás otra vez, a las dos semanas, como en cada separación? Ya no juegues conmigo, me haces tan mal. Y somos tan cómplices, aunque siempre voy a echarte la culpa. No vuelvas, Eugenia, no me hables, no me llames, no me escribas.
Ay, Eugenia, por favor te lo pido, no me dejes, no busques otro hombre. Quédate conmigo, o sola, tal vez lo aceptaría. Pero no apoyes tus labios en otros ajenos, no acaricies otra piel. Euge, Eugenita, Eugenísima mía… ¿Será el amor esta locura?
Hasta siempre,
Claudio.
9 comentarios:
El duelo. Aveces doloroso, otras incomodo.
Saludos a deshora.
La dualidad de ese vete ya pero te necesito. Anda, vete, quédate. Esa línea, ¿Cuándo tendremos el valor para dejar ir?
Me están gustando los posts de cartas.
Te dejo un abrazo Sabri :)
Esa disyuntiva, de te quiero no te quiero, quedate, mejor andate, esa locura de sentir amor.
Qué hermoso Sabri. De verdad, como pocas veces, leer cosas asi, casi me dejan sin palabras...
Abrazo para ti! Que andes muy bien :-)
Cuando se va, uno no puede dejar de sentir la ausencia cuando mira al costado. Desde lo más profundo hasta lo más superficial. Mirar al costado cuando estas manejando y que ella no esté; es siempre raro.
Llamándola, casi desesperadamente, sabiendo que no va a volver; que ni siquiera es necesario que vuelva. Queriendo que vuelva, que se quede un ratito más, que se quede ese segundo que te llene un poco más el alma mas no queriendo que te hable nunca más para no sufrir, porque si te habla; te habla como un ex o como algo pasado que ya fue.
Me gustó esta carta... Yo escribí estas cartas; escribo más cartas en el desamor que en el amor. Tal vez un gran defecto mío.
Con respecto a cartas: Todo esto me hizo recordar una anécdota. Una vuelta yo andaba, solo, en el invierno del 2005 yendo para el centro de Lomas de Zamora. Inmerso en mis pensamientos, creando una historia que cada vez que estaba cerca de agarrarla se me escapaba como agua entre los dedos. Caminé toda la tarde hasta que entré en una librería. Allí, sin querer agarre un ejemplar de Hermann Hesse (autor que he leído poco y que lo poco que leí no me gustó); "Narciso y Golmundo" creo que era. Resulta que había sido un regalo y que en la primera había (Hay) una carta.
Compré el libro por la carta; porque me pareció parte de la historia esa que venía pensando que nunca escribí.
Si querés la puedo transcribir en mi blog; de eso me hizo acordar tu comentario del otro lado.
También me hizo acordar de un manuscrito que encontré, pero me extendí demasiado, me parece.
Saludos... Muy bella carta, me quedo pensando en ella.
sabri, feliz día de la primavera! beso, estate bieN! tengo sueño.
Hay una contradiccion muy interesante en las palabras de claudio que roza la obsesion al rogar a su amada que vuele pero que a su vez vuuele sola... al amante no le interesa que vuelva sino que su rol no sea reemplazado... eso seria francamente inapropiado para su corazon. y ahi esta lo vital, lo carnal, lo que claudio se encargo de graficar de una manera implacable...
hay mas amores en esos cajones???
guille
Aunque todo sea incierto pedime que salte (yo cambio la música por oír tu voz), pedime que salte en la oscuridad pero no me dejes.
No me dejes.
Te amo, te odio, dame más !!!
La locura y el amor, se enjuagan los dientes uno tras otro.
Son esos amantes que juegan en el baño antes de que apague la luz del velador, después de un lindo round.
Abraxo mariposita.
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