Aquí los problemas nunca acaban, sino que se silencian. Para hacer de cuenta que ya no están, pero mientras no decimos nada, gracias si nos miramos, nos calan los huesos, hasta consumirnos.
Aquí hay heridas, hendijas, que no dejaron de sangrar, de doler, cuando nos encontramos tapándolas con parches, algunos tan chiquitos y efímeros que no llegan a cubrirlas. Otros por más grandes y consistentes, nos emperramos en arrancarlos, hasta desangrar.
Aquí todo tambalea alrededor, cuando el pensamiento péndula sin encontrar dónde aferrarse y quedarse sostenido. Sintiendo que todo no sirve de nada. Que la lucha en la lucha muere, y la mente somete al corazón, asfixiándolo, hasta que no siente más.
2 comentarios:
Guau...que escrito hermoso y fuerte.
Leo y pienso: esto podría haberlo escrito alguna madre de la plaza luego de muchos años de dolor y lucha.
En fin..te dejo un beso!
y nos acostumbramos...
maravilloso como siempre.
deshora.
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