No es que Julia ya no quiera amar, ni que ahora sólo tema. No es que se haya vuelto una descreída, una existencialista incrédula, una resentida desilusionada.
Es que ya no quiere esperar, para no desesperar. Es que siente que ya no puede correr incansable y ciegamente hacia el amor. Sobre todo eso, ciegamente. No puede desvanecerse ante cualquier escena agradable, sin sopesar. (¿Estará muy metódica?)
Julia hace tiempo que ya no quiere creer en príncipes, ni en sus tipificaciones ideales weberianas. (Confesiones iterativas) Ahora quiere un amor terrenal, para volar y volver. Un hombre sin ropajes azules, tan sólo con un corazón a su medida.
Julia se asoma al balcón que no tiene, y siente en la brisa, que hoy ama al amor como complemento, y no como energía vital.
(Lastima que hasta cuando no lo desea, todo se le disuelve.)
4 comentarios:
ella mora en el viento, definitivamente su nombre, el que ha sido gritado no se ahogará en silencios, por que el alma entiende el idioma de ese que siempre logra devolverse de el olvido, y que en tu texto retratas tan bien.
Excelente post
Deshora
creer para no desesperar
un beso sabri
yae
O sea, que un policía no? es por eso de los ropajes azules, ja, es muy malo.
Si yo supiese todo esto sobre Julia definitivamente me muero.
Encima, todo se le disuelve, o sea, que sigue esperando. Y yo, tal vez, todo este tiempo estuve esperando por ella.
hoy no estoy firmando, será porque es domingo, ja. Arriba comenté yo. CP
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