En qué oído se pierden mis palabras. En qué río mi mirada. Cuándo me vuelvo invisible. Cuándo se apaga el sueño. Cómo nos ahogamos. Cómo nos encerramos. Quién gritará por mí. Quién expulsará mis impulsos cuando ya no pueda. Dónde habita el olvido. Dónde rebota el eco de las almas. Por qué los espacios se me escurren entre las manos. Por qué la pelea como representación de la vida. Finalmente no existía la permanencia. Somos tan inertes y transitorios.
4 comentarios:
Somos así.
Hidrógeno en el aire.
Nada y todo.
Saluditos y abraxos mariposita.
Precisamente por todo eso, es que vale la pena sacarse la careta, y vivir. Si total, en un rato no vamos a ser más, qué perdemos arriesgando. Igual, sacarse la careta vale la pena aunque vivamos para siempre, con más razón de hecho.
Me agarraste en un día metafísico, y me dejaste pensando.
Soy tan transitoria.
Somos así, sin dudas.
Me dejaste sin palabras.
Una vez más, me gustó lo que he leído.
Un besote señorita!
Huy, es un poco atemorizante saber que nada permanece, pero me han dicho: los humanos llegamos a tal cobardía que soportamos muy pocas cantidades de realidad.
Un saludo y un beso muy grande desde México. Leí tu perfil y sé que eres estudiante de sociología de Argentina. Yo también soy estudiante de sociología de México, el año que viene nos veremos en Argentina, en el ALAS.
Que gusto sería conocerte.
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