Esta noche voy a construir mi casa. Será
arriba de una colina, en el medio del mar. Voy a construir una casa enorme, con
muchos cuartos, rincones y espacios. Uno para mis días de ira, otro para los
creativos, los espirituales, los miedosos, los pesimistas. Afuera plantaré el
pasto para poder rodar en él, deslizarme hacia el mar. Mi casa tendrá muchas
puertas, para que entren quienes yo quiera invitar, y ventanas para contemplar
las diferentes perspectivas desde la altura. Voy a levantar paredes gruesas,
fuertes, por si vienen a querer derribarlas. Voy a poner una cerradura y una
llave, para que no puedas cumplir tu fantasía de romper mi casa, de quebrarme
el cuerpo. Mirillas para la gente que ya no quiero mirar a los ojos, ni recibir
sus miradas lacerantes. Construiré una habitación sin techo, para ver las
estrellas hasta conciliar el sueño, me moje la brisa de verano, los sueños
puedan salir volando, junto con mis seres imaginarios, para que el sonido del mar
me haga sentir menos sola. Esta será la casa más propia de todas las que sentí
mías. Pintaré las paredes y los muebles de blanco, algunos verde agua. Voy a
construir también un altillo de madera, donde guardaré mis recuerdos y deseos
más profundos, será el sitio de la casa donde nadie pueda acceder, como mi alma
rota y desencantada.