A todos aquellos que creen que “jóvenes” eran los de antes, que ven el futuro en manos de los nadies. A todos aquellos que creen que los chicos no entienden, que vagan perdidos por la noche. A todos aquellos que rumorean, hablan, opinan, vociferan sobre “la juventud perdida”.
Los invito a pasar hoy, esta noche o mañana por aquí. Pasen y vean. Presten atención. Miren a estos chicos fijos a los ojos. Mírenlos con el corazón. Encontrarán todo lo que yo.
Miren las linduras de sus personas. Sientan su amor. Observen su responsabilidad, su respeto. Perciban su solidaridad, su compromiso. Descubran su inocencia, sus almas de niños felices. Prueben la capacidad que poseen para hacernos felices. Brillen con su magia. Reciban un abrazo, una palabra de aliento. Contágiense con sus hermosas sonrisas.
Sólo así podrán comprender que ésta, más que perdida, es la juventud encontrada. Encontrada para desplegar su capacidad transformadora. Para creer en un mañana y construirlo. Estoy segura que cada uno que encuentre a un joven encontrado, se estará reencontrando consigo mismo.
Gracias a quienes saben que les corresponde, por haber permitido encontrarme con los nunca perdidos, y conmigo misma.